MARTES 11 de MARZO del 2003. -CALLES RARAS-

Posted by Carlos Rojano | Posted in | Posted on 15:47


            En calles raras y de tarde-noche es posible que haya un mercado y también sea una colonia popular. Yo me encuentro entre conocidos y sabemos que nos persiguen o nos vigilan patrullas. Lo raro es que de la gente con la que estoy nunca la he visto y según esto nos buscan por escandalizar y  por ser muy tarde para hacer fiestas. Me recuerdo entrando a una casa de cartón, como una de esas de las ciudades perdidas, en donde hay una viejita de baja estatura y muy delgada pero vigorosa, mientras yo suponiendo no me encuentren pero en un parpadeo ya me encuentro en otro lado con esos “amigos” de “ambiente”. El sitio de aspecto habitable, pobre, con cortinas delgadas y opacas, las soleras de las ventanas muy viejas y casi oxidadas y sin vidrios. No hay muchos muebles pero tampoco son gran cosa y creo ver en el suelo pedazos de periódicos. Hay gente llegando pero así como llega desaparece y al siguiente instante llega Rigoberto (creo que él no sabe que yo estoy ahí), antes de que entre yo me encuentro en cuclillas  viendo hacia arriba, la ventana de una puerta de fierro a través de una cortina de tono crema, su cara. Él trae las llaves de esa puerta y yo pienso, -Si me ve aquí se va a molestar-. Yo puedo ver un poco mas de luz cuando esta cerca de la puerta como el de una mañana nublada. Va a entrar… Yo me oculto bajo una mesa sin mantel dándose cuenta de inmediato porque pregunta a la demás gente que realmente son pocos, 2 ó 3, que porque se ven raros y voltea la cabeza dando conmigo bajo la mesa. Luego yo sujetando y casi casi cargando a Yahir (el de la Academia) que se encuentra como borracho, es muy rico el abrazo que nos damos…
            Nos vuelven a buscar, la justicia, según por tener fiestas fuera de horario y hacer mucho ruido. Ahora hay calles muy estrechas como que solo cabe un auto y las banquetas demasiado estrechas. Mas adelante hay una casa muy rara en donde hay mas gentes, no hay un orden de cómo esta distribuida la casa así que si hay sillas y mesas parece como si fueran islas en el mar.  Ahí si había música casi inaudible pero yo la sentía muy alta, había varios aparatos de sonido encendidos con diferentes tipos de música cada uno en diferentes lados. Recuerdo haberme acercado a uno de ellos que estaba en un anaquel de tienda de autoservicio y hacia la izquierda estaba vacío y de largo tenía como 15 metros y en color crema, yo le decía a alguien –Hay que bajarle porque si no van a venir a molestar-… de pronto se abre la puerta de mi habitación y recibo una llamada por teléfono.

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